
Mario Rojas Arias (1941-2018)
por Carlos D. Mesa Gisbert
Se ha ido Mario Rojas Arias (Salta-Argentina 8 de septiembre de 1941-12 de septiembre de 2018)
Mis recuerdos más vívidos del fútbol de los sesenta están vinculados, además de los referentes señeros del equipo albirrojo como Dimeglio, Cobo o Muzio, o al delantero del equipo militar el «Tanque» Díaz, a ese extraordinario marcador central de Bolívar que se llamó Mario Rojas.

Tarde de clásico. Cancerbero del área, Rojas frena al «Tanque» Díaz. Mira El gran «Fiero» Rada (1970)

Dos capitanes de lujo, Rojas en Bolívar y Galarza en The Strongest
Lo recuerdo en la Libertadores de 1969 frente a Cerro Porteño y Olimpia, o en los clásicos contra el nuevo The Strongest post Viloco. Jugó 37 clásicos y anotó 1 gol.

En la selección nacional
Pero por encima de todo, como una imagen que no se irá nunca en esa selección que dirigió Freddy Valda, la de 1969, la que enfrentó a una de las mejores selecciones peruanas de la historia y a una Argentina de figuras sin rumbo a la que derrotó sin atenuantes en el Siles.
Rojas era por encima de todo elegancia. Doctor, le decían, lo era para el equipo académico. Marcaba en el área pero, por sobre todo, salía jugando, amagaba, movía el cuerpo, hacía una finta y se proyectaba con sus pases en conexión con los mediocampistas. Rojas daba confianza, era seguridad, era un deleite verlo jugar. Era el número 5 de los celestes y lo fue de la selección en esa zaga que tenía, en el esquema 4-2-4, a Guery Agreda e Isaac Maldonado marcando las puntas y en el centro Jesús «Pichón» Herbas y a él mismo.

La selección del 69: Ágreda, Herbas, Issa, Álvarez, Maldonado y Rojas; Blacutt, Rada, González, Díaz y Farías
En el debut en La Paz frente a la Argentina, salvo el gol de Tarabini de una media chilena espectacular e imposible para Issa, Rojas capitaneó una zaga imbatible.

Rojas con la 5 y Maldonado con la 2, en plena acción defensiva en Buenos Aires. Argentina ganó 1 a 0 con un penal injusto.
Bolivia quedó a un punto de Perú después de una campaña más que digna. Volvió a vestir la casaca nacional en la Copa América en 1975, cuando enfrentamos a Chile y Perú.

Bolívar en la Copa Libertadores de 1969. Herbas, Párrraga, Rojas, Cayo, Modesto y Rada; Tercilla, Maldonado, Sciacia, Coutinho y Mollinedo
Nacido en Salta, Rojas llegó a Bolívar en 1966 tras una «cacería» de talentos que hizo el técnico griego Dan Georgiadis. De Salta y Jujuy llegaron jugadores que hicieron historia, Oswaldo Franco goleador de cepa, José Kairoux un delantero que hoy describiríamos como media punta, René Domingo Taritolay y Raúl Álvarez un mediocampista único que jugó en esa misma selección del 69. Junto a ellos estaba el joven Mario Rojas que contaba 25 años. Con esos compañeros logró el título paceño y nacional de 1966 e inició una de las carreras más exitosas en el fútbol boliviano.

En 1970, Libertadores, frente a Boca, disputando un balón en el Siles
Rojas fue un grande a la altura de Carlos Di Lorenzo, Ramón Guillermo Santos, Ricardo Troncone, Ricardo Fontana y, por supuesto Marcos Sandy, Óscar Sánchez, Juan Manuel Peña, Domingo Quinteros o Ronald Raldes.

Frente a Always Ready, persigue a Mollinedo
Para mi memoria adolescente de espectador habitual del Siles en esos años del fin de mi adolescencia, el mejor marcador central que vi en mi vida jugando en equipos bolivianos.
Fue una época en la que, a pesar de mi militancia por Always Ready, no podía dejar de reconocer, mientras acompañaba a Lorenzo Carri en la cabina de transmisión en mis tiempos de aprendiz en radio Universo, el talento y la soberbia manera de jugar de ese salteño que se quedó en nuestros corazones futboleros.

El último equipo en el que militó, Olimpic de La Paz, corría 1976.
Vistió la casaca celeste en las versiones de 1967, 1969 y 1970 en la Libertadores. Anotó el primer gol bolivarista en esta competencia internacional en el triunfo por 1 a 0 frente a 31 de Octubre. Merecidamente se puso el cintillo de capitán académico por mucho tiempo. Jugó en Bolívar en su momento de máxima capacidad (1966-1972), luego en Municipal, San José y Olimpic. En los dos últimos equipos se vio al jugador en su declive sin los reflejos que lo hicieron el patrón del área.
Mario Rojas Arias, inolvidable para los celestes, inolvidable para mi generación que recordará siempre la calidad de un crack que, quienes lo conocieron personalmente, suman a la calidad de una persona de bien.