
2004 es hasta hoy el año más importante de la historia de los clubes bolivianos, pues representa el momento en el que un equipo del país llegó a lo más alto, cuando Bolívar obtuvo el subcampeonato de la Copa Sudamericana en Buenos Aires, o como se estila decir ahora, fue finalista de esa Copa.

Los puristas dirán que esto no es verdad, pues en 1970 Mariscal Santa Cruz se coronó Campeón Sudamericano de la Recopa, torneo oficial de la CONMEBOL. Así ocurrió, en efecto, pero tanto por la modalidad de ese torneo, como por la calidad de los equipos participantes y su carácter experimental (se disputó una sola vez en la historia), sin desmerecer al equipo militar de La Paz, la categoría del logro de la Academia fue significativamente mayor y la de mayor trascendencia para los clubes profesionales bolivianos.
Bolívar había jugado ya dos versiones de la Sudamericana, en la primera con un resultado extraordinario al haber llegado hasta la semifinal. En el campeonato nacional (Torneo Apertura 2004) se había consagrado campeón, tenía un equipo con logros significativos locales e internacionales, lo que le permitió encarar este desafío con expectativas.

Era la gestión presidencial del controvertido Mauro Cuéllar que inscribió para siempre su nombre en la historia celeste y conducía al equipo Vladimir Soria, uno de sus jugadores míticos (el de la época de oro de los años noventa), esta vez como Director Técnico académico.
AURORA, DIECISEISAVOS.

Comenzó su andadura el 12 de agosto de 2004 en Cochabamba frente a Aurora al que derrotó por 2 goles a 1. En La Paz remató faena al ganarle al ‘equipo del pueblo’ por 3 goles a 1, superando el primer escollo que en esos años era siempre un rival del mismo país.
UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN. OCTAVOS

En esta ronda le tocó como rival Universidad de Concepción de Chile. La ida fue el 28 de septiembre en Concepción. Los celestes lograron un esforzado empate sin goles, en partido que mostraba la solidez del futuro subcampeón. En la vuelta en La Paz el 19 de octubre, el equipo académico venció con claridad, a pesar de los dos goles en contra, anotó cuatro. Abrió la cuenta la visita, empato Bolívar por intermedio de García (16′). Chiorazzo, Gutiérrez y Suárez parecieron redondear una goleada incontrastable que pudo ir a más. El primer tiempo se cerró con un 4 a 1 para los locales. El equipo chileno, sin embargo, logró descontar a los 70. Fue un gol de esos que se recuerdan, el arquero de la U, Peric, sacó el balón desde su área, Machado estaba adelantado, la pelota rebotó delante suyo, hizo un arco sobre la cabeza del golero celeste y entró al arco irremisiblemente. Ese tanto marcó el 4-2 definitivo que clasificó a Bolívar sin mayor dificultad a la siguiente instancia.
ARSENAL, CUARTOS.

Le siguió Arsenal de Sarandí de la Argentina, un cuadro que en esos años tuvo su mejor desempeño y logró obtener (2007) el título de esta copa en la que en 2004 hacía su debut. El encuentro de ida fue en Buenos Aires con ajustada victoria de los de Arsenal por 1 a 0 en lo que era el primer partido internacional en la historia del cuadro argentino. En la vuelta en La Paz, los celestes dieron buena cuenta de la visita con una goleada por 3 a 0. Los goles los anotaron Ferreira (no William, sino Julio César), Tufiño y Chiorazzo.
LIGA DEPORTIVA UNIVERSITARIA, SEMIFINAL.

Le toco luego Liga Deportiva Universitaria de Quito, un equipo fuerte, reforzado con el objetivo de ganar el torneo. La ida se jugó en Quito. El equipo ecuatoriano estaba dirigido por el peruano Oblitas, figura del mejor fútbol peruano de los setenta. El partido estuvo en casi todo su trámite igualado, con ligera supremacía de los ecuatorianos. A los 13 del segundo tiempo anotó Murillo para los locales, pero cinco minutos después empató Chiorazzo. A pesar del empate Bolívar aguantó y subió un par de veces para intentar aumentar, pero el resultado quedó inamovible con gran chance para el partido de vuelta.

El 2 de diciembre ante un estadio repleto (46.464 espectadores), Bolívar sintió que la final estaba cerca. El partido parecía ganable. A los 12 de la primera fracción Chiorazzo recibió un rebote de la defensa blanca en la media luna, bajó el balón, dio un cuarto de vuelta y remató rasante anotando la apertura. A pesar de ello Liga presionó incesantemente y en tres ocasiones, incluido un travesaño, estuvo a punto de emparejar el marcador. Ya en la segunda mitad, García con uno de sus característicos remates de media distancia, hizo un golazo que le aseguró a los celestes el pase a la final. A los pocos minutos, sin embargo, un corner centrado por Aguinaga y un cabezazo impecable de Espinoza descontó complicando el partido. Inopinadamente los bolivianos se replegaron y aguantaron el resultado, más en acciones defensivas que en control de balón para revertir la presión y ampliar la ventaja. El marcador final demostró que la estrategia funcionó. ¡Bolívar estaba en la final!.

Para la anécdota, entonces quien escribe ocupaba la presidencia de Bolivia y, a pesar de ser hincha de Always Ready, me emocionó tanto el logro que además de felicitar a los jugadores en el camarín, salí a la pista atlética e hice ondear la bandera nacional que portaba en mis manos en señal de celebración por ese histórico logro.
BOCA JUNIORS, LA FINAL.

El rival para disputar la final no podía tener mejores credenciales, Boca Juniors de la Argentina, uno de los equipos más laureados del mundo y uno de los equipos más populares de América. El partido de ida, lo que era una desventaja, se jugó en La Paz el 8 de diciembre. El estadio estaba desbordado, como en sus mejores tiempos, con una asistencia aproximada de 48.000 espectadores. Bolívar alineó así: Mauro Machado en el arco; Óscar Sánchez, Julio César Ferreira y Marco Sandy en la defensa; Gonzalo Galindo (Percy Colque, 66’), Danner Pachi, Ronald García (Limberg Gutiérrez, 74’) y Rubén Tufiño en el medio campo; Pedro Guiberguis, Horacio Chiorazzo y Roger Suárez adelante.

El partido estuvo en manos de la Academia, salvo algunos contragolpes incisivos de los xeneizes. La estrategia fue la de la avalancha con llegadas punzantes en bloque. En determinado momento Bolívar entendió que ante la doble línea defensiva de Boca era pertinente ensayar remates de media distancia. En el primer tiempo Chiorazzo ensayó dos veces, el segundo remate espectacular fue desviado por Abondanzieri. En jugada elaborada “Sucha” Suárez remató alto ante arco desguarnecido. Estaba claro que los argentinos apostaban al empate, sin perjuicio de alguna escapada como la brillante arrancada de Tévez que salvó con gran atajada Machado.

El segundo tiempo no daba para otra cosa que para un juego más ofensivo, así lo anunció Soria al incluir a Gutiérrez, jugador de ataque en reemplazo de García. Pero a Bolívar le costaba romper el cero. Los visitantes hacían un negocio redondo con el empate.

Finalmente, a los 30’, Chiorazzo recibió un pase desde prácticamente el centro de la cancha, encaró, Abondanzieri salió hasta casi el borde del área, el delantero hizo un pequeño e inteligente amague y la colocó la pelota prácticamente en el centro del arco. Fue el 1 a 0 definitivo. Aún así, Boca se llevaba un resultado perfectamente manejable en el partido de vuelta.

La fiesta preparada en la Bombonera, a estadio completamente lleno se recuerda como el más estremecedor recibimiento que haya recibido el equipo auriazul en su historia. Cánticos de todas las tribunas, bombas de estruendo, fuegos artificiales, la presencia de su ídolo Diego Armando Maradona, dejaron un recuerdo imborrable para quienes estuvimos ese día. Era el 17 de diciembre de 2004 y Bolívar entró al campo con el objetivo cuando menos de aguantar el empate o forzar penales.

La Academia alineó con Mauro Machado en el arco; Gonzalo Galindo, Julio César Ferreira, Óscar Sánchez, Marco Sandy y Percy Colque (Roger Suárez, 46) en la defensa; Ronald García, Limbert Pizarro, Rubén Tufiño y Pedro Guiberguis (Limberg Gutiérrez, 65) en el medio, y Horacio Chiorazzo como solitario delantero. Difícil tarea, los boquenses sabían de lo que se trataba y armaron una estrategia completamente ofensiva bajo la batuta del técnico Benítez, con un puntal obvio, el supergoleador Palermo y un crack en estado de gracia, Carlos Tévez que se despedía de Boca para ir a Europa. En el primer minuto Carlitos, o el «Apache», como lo conocen popularmente en la Argentina, remató apenas desviado. A los 13 Tévez robó un balón, pasó a Guglielminpietro que sacó un centro medido para la cabeza de Palermo que la cruzó al otro lado de donde estaba el arquero, 1 a 0 (era el gol 100 de Palermo con la camiseta de Boca)…

Poco menos de quince minutos después se produjo la jugada que sería definitiva en el partido. Centro preciso de Barros Schelotto para un Tévez bien ubicado en el área (debilidad celeste siempre por el ala derecha) que remató con contundencia y anotó. La ovación del estadio le sacó lágrimas al argentino, de lejos el mejor jugador del partido. De ahí en más, el match transitó por un camino en el que el propio Tévez estuvo tres veces mano a mano con Machado que hizo un partido impecable, mostrando su calidad en la salida ante la evidencia de una defensa celeste más bien frágil.
El momento estelar de Bolívar estuvo en los pies de Tufiño (el mejor jugador boliviano) que a los 66 minutos con un remate de media distancia estrelló la pelota en el travesaño. Fue, hay que decirlo, la única ocasión clara de gol de Bolívar en todo el encuentro que terminó con el resultado mínimo para darle el título a Boca: 2 a 0 (resultado global 2 a 1 en favor de los argentinos), clasificándolo campeón de la Sudamericana 2004. Bolívar, gran finalista, perdió su chance con el mezquino 1 a 0 de La Paz, pero llegó a la cima y estuvo a punto. El mejor momento histórico de un club boliviano, Subcampeón de la Copa Sudamericana 2004.

Otra anécdota. Llegué a Buenos Aires para ver el partido con el tiempo justo. Al entrar en la Bombonera el presidente de Boca, Mauricio Macri me invitó a acompañarlo en su palco, le agradecí pero le dije que lo que correspondía era acompañar a la barra boliviana en la bandeja superior de lo que sería la curva sur en el Siles, y allí me mezclé con unos 3.000 compatriotas que alentaban a los celestes.

Estuvo también ese día el jefe de la oposición, Evo Morales, quien muy feliz aceptó la invitación de quien luego sería Presidente argentino, Macri y vio el partido en el palco de honor del estadio…


En los 8vos de final de la Sudamericana 2004, Bolívar se enfrentó a la U. de Concepción de Chile. Bolívar empató de visitante 0x0 y de local clasificó ganando 4×2. Un dato relevante fue el gol de arco a arco que le hicieron a Mauro Machado guardameta de Bolívar.
Correcta observación, como verá el error ya ha sido subsanado y se ha incluido esos encuentros en la entrada