por Carlos D. Mesa Gisbert
«¡Dejen de criticar!» ¿Por qué? Porque, al estilo local, debemos seguir repitiendo que «para ser Bolivia no jugo mal», o que «nos salvamos de una goleada consiguiendo un resultado digno»…Se puede optar por el camino de la condescendencia y cerrar los ojos, sí, sin duda, pero me temo que tal actitud es -inevitablemente- una negación de la realidad.
Comparemos los partidos de esta fecha de la eliminatoria. No hubo uno sólo, salvo el de Bolivia, en el que uno de los equipos NO HICIERA UN SÓLO REMATE AL ARCO, no hubo uno solo que HILVANARA CINCO PASES SEGUIDOS UNA SOLA VEZ EN TODO EL PARTIDO, no hubo un solo que JUGARA EL 90% DEL ENCUENTRO EN SU PROPIO CAMPO.
Si la decisión asumida por todos es que la selección nacional jugando de visitante no tiene ninguna opción de lograr el triunfo, porque su calidad es tan pero tan inferior que no se lo permite…Si la premisa es que el máximo objetivo en ese contexto es lograr un empate a cero y que para ello vale jugar a la ruleta y esperar que por arte de magia medio centenar de ataques en contra, no se conviertan en gol…no se si vale la pena participar.
Plantear las cosas de ese modo es cualquier cosa menos construir una propuesta que pueda definirse como futbolística en un torneo de alta competencia, en una región del mundo que práctica fútbol de alto nivel y que tiene jugadores de clase mundial.
En el momento en que tuvimos un esquema de cinco-cuatro-uno, tuvimos claro a qué apostaba el técnico. Supusimos, eso sí, como es correcto suponer que Martins sería alimentado por la vía del contragolpe, sea por los carriles, sea en salidas desde el centro con la premisa de manejar el balón, avanzar pasando y sobre todo, contar con un medio campo capaz de proteger el balón y trasladarlo. Por lo que vimos, esa intención no existió nunca. El mérito de los verdes se concibió a partir de la premisa de la muralla. Evitar el gol, sólo eso, evitarlo. Lampe estuvo brillante en ese cometido y las dos líneas de la citada pared respondieron literalmente al desafío, rechazaron innumerables veces la pelota. Subrayo, rechazaron, se convirtieron en una suerte de objetos compactos que se movían para bloquear a los atacantes y devolver esos ataques en rebotes sin dirección conocida, o mejor, con dirección, en la mayor parte de los casos, a los jugadores colombianos que recuperaron los balones o cerca del área o mucho antes de que el balón pasara la media cancha.
En suma, se hizo una parte de la tarea, la básica, evitar, pero se descuidó completamente la otra parte, proponer, producir, construir…
En el haber del estratega nacional está la apuesta por un grupo de jugadores de nueva generación que debutaron en un partido difícil e hicieron bien, instrucciones mediante, la labor descrita y decidida como meta final para un encuentro que -en esa lógica- estaba perdido desde el primer minuto.
Cito a Cuellar, Rivera, Aponte, Omar Morales, Sagredo y al «Bombita» Gutiérrez como novedades, sea por el debut, sea por su juventud. Una apuesta correcta de Soria en el camino del cambio generacional progresivo.
¿Es que Colombia no sufrió para ganar? Sí, claro que sufrió, lo que no cambia un ápice lo que a mi entender es una forma ‘anti fútbol’ de plantear un esquema de juego de la selección nacional cuando sale de visita.
Muy en desacuerdo sobre la visión del partido. Para comenzar hay que entender, aunque esto ya sea casi una constante, el cambio de técnico. Esto conlleva a tener que implantar la idea de juego a los jugadores nuevamente. En 2 semanas no se puede lograr ese cometido sería utópico. Por esto el planteo es el más sensato, la preparación táctica fue maravillosa. En defensa para los 90 minutos que nos atacó el rival, sufrimos muy muy poco. 2 o 3 tiros claros a porteria, ahora sí, el siguiente paso es ver que se puede hacer adelante. Trabajar las contras, de despejar el balón y buscar salir jugando. Pero eso lleva tiempo y si se cambia de técnico cada mes, es imposible. Tomar en cuenta además que no contábamos con nuestros mejores jugadores y es por eso que creo que contra Argentina y con la localidad a favor vamos a mostrar tanto esa solidez defensiva cómo lo que faltó en Barranquilla; juego, posesiones más largas y transiciones def-ata ata-def con más sentido.
Soy muy partidario del proceso. Cultura que hay que crear en el fútbol Boliviano porque creo que es verdad que lo único que hace la gente es criticar. Tenemos muy poca paciencia y aún menos entendimiento de cómo es el fútbol hoy en día.
Soy Catalán, vivo en Girona y trabajo de director deportivo en la UE FIGUERES, un club de la Tercera división Española. Soy un apasionado de las eliminatorias y del futbol sudamericano y estoy de acuerdo contigo Carlos, hace ya muchos años, desde las eliminatorias de USA 94 que Bolivia no se atreve, lo fia todo a la altura de la Paz y a empatar fuera sin goles, y así no se puede. Para mí un buen ejemplo a seguir es THE STRONGEST, con jugadores de la selección como CHUMACERO, el naturalizado Martelli O ESCOBAR, da miedo fuera sacando buenos resultados y destroza en el HERNANDO siles. Bolivia tiene que organizarse y tener más ambición, sino no tiene ninguna posibilidad, le perdieron el respeto ganado por los echeverry, platini y demás. Saludos
Grato comentario. Tenemos familia en Gerona y hemos estado allí tanto mi hijo como yo, varias veces, hermosa ciudad por cierto.
Coincidimos, el planteamiento futbolístico actual de la selección es mezquino, totalmente anclado en atrincherarse en el Siles (no siempre con éxito) y atemorizados con el riesgo de goleadas como visitantes, planteando un fútbol puramente reactivo y ultra defensivo. La poco saludable rotación de técnicos no ayuda.