
Como ha sido habitual en nuestra historia, el periodo liguero -que abrió un legítimo sentimiento de esperanza y optimismo- se consideró como el de la refundación. 1977 se convirtió así en el “año cero” del fútbol profesional, menoscabando injustamente lo que había ocurrido entre 1950 y 1976. Costó mucho hacer comprender a los aficionados e incluso a muchos periodistas deportivos, que había una historia y muy rica antes de esa fecha señalada.
EL TORNEO LIGUERO

La Liga, de todas maneras, representó un momento de gran esperanza e ilusión para el fútbol nacional. El tiempo iría decantando la realidad de nuestro fútbol, pero indiscutiblemente marcó un crecimiento que tendría su momento de oro en la década venidera, la de los años noventa.
Para empezar, es destacable el hecho de haber dado el salto de campeonatois locales en las principales capitales de departamento y un campeonato nacional corto (el Simón Bolívar), a jugar un torneo nacional largo. Para 1978 disputaron el segundo torneo liguero 16 equipos: Always Ready, Aurora, Bata, Blooming, Bolívar, Guabirá, Independiente Unificada, Municipal, Oriente Petrolero, Petrolero, Real Santa Cruz, San José, Stormers, The Strongest, 20 de agosto y Wilstermann. Representaban a 7 departamentos: Beni, Chuquisaca, Cochabamba, La Paz, Oruro Potosí y Santa Cruz. Pero las dificultades económicas y el decrecimiento del explosivo interés inicial, hicieron que para 1988 el número de clubes cayera a sólo 12, con representación en 6 departamentos. En 1985 Tarija fue el octavo departamento en ingresar al profesionalismo con la subida de Ciclón a la primera división. Es claro que eso no significa que hubiese 8 departamentos disputando el torneo, sino que hasta ese año la federación tarijeña había estado en el ámbito del amateurismo. Hasta ese momento la única asociación que no había ingresado al profesionalismo, era la de Pando.
En los primeros años de la nueva modalidad, se generó una gran expectativa que incrementó de manera sustancial las recaudaciones por asistencia de público, particularmente en las ciudades ubicadas fuera del eje troncal -La Paz-Cochabamba-Santa Cruz-, ya que podían ver con regularidad a los equipos de su localidad enfrentando a los grandes. Pero tambien es cierto que en las tres grandes urbes del país se registró un notable interés de la hinchada. Asistencias que en promedio fluctuaban entre los 8.000 y 10.000 espectadores y partidos semifinales y finales que superaban largamente los 30.000 asistentes.
Sin embargo, uno de los problemas crónicos de estos torneos fue la discrecional y arbitraria forma de organización de cada campeonato que no respondía a un criterio racional y uniforme. Así, se jugaron torneos en fases divididas en grupos que podían ser tres o cuatro según el caso. En algunos campeonatos se disputaron dos fases, en otros tres, o cuatro. En uno sólo, el de 1980, se jugó en la modalidad sensata de todos contra todos en dos ruedas. Un verdadero e incierto carnaval. De ese modo, el subcampeón podía salir de un “primer campeonato” en un año y el campeón del “segundo campeonato” de ese mismo año en el segundo semestre. Las finales, en consecuencia, se jugaron en más de una oportunidad con la participación de uno de los dos equipos, el que perdiera esa final (que se resolvía en partidos de ida y vuelta y un eventual tercer encuentro de desempate), que no sería ni campeón ni subcampeón…

El periodo 1978-1988, dominado por dos notables dirigentes que condujeron la Liga: Alfredo Salazar (1977-1979/1986-1988) y Alberto Alem (1979-1986), marcó la evidente supremacía de Bolívar sobre el resto de los equipos que, con el pasó de las décadas, se transformaría en una ventaja muy difícil de igualar traducida en un cúmulo de títulos nacionales que al finalizar la segunda década del siglo XXI, se acercaban a la treintena.

Para explicar esta realidad no se puede dejar de lado a la figura señera del fútbol de clubes en toda la historia de este deporte rentado boliviano, Mario Mercado Vaca Guzmán, sin duda el más grande dirigente de clubes que haya tenido el país. Mercado construyó su leyenda con un sentido de autoridad, ingenio, mirada sagaz y clara acción empresarial. Es muy difcíl encontrar un gran jugador nacional que no haya pasado por la academia paceña en ese periodo que se cerró en 1995. Baste recordar a jugadores como Luis Abdeneve, Eusebio Acasuzo (selección peruana), Rubén Almagro, Eduardo Angulo, Carlos Aragonés, Carlos Arias, Horacio R. Baldessari, Pablo Baldivieso, Carlos Borja, Marco Ferrufino, Aldo Fierro, Luis Gregorio Gallo, Edgar Góngora, Jorge Hirano (selección peruana), Carlos Conrado Jiménez, Porfirio Jiménez, Carlos Ángel López (selección argentina), Viviano Lugo, Waldino Palacios, Jesús Reynaldo, Erwin Romero, Fernando Salinas, Juan César Silva, Vladimir Soria, Francisco Takeo, Ricardo Troncone y Ramiro Vargas.

Con estas figuras, entre las más destacadas que alinearon con la camiseta celeste, Bolívar logró 6 campeonatos, los de 1978, 1982, 1983, 1985, 1987 y 1988 (en dos ocasiones de este periodo fue bicampeón), más que todos los otros campeones sumados en el periodo 1978-1988. Dirigieron al equipo campeón: Ramiro Blacutt en 1978 y 1983, Wilfredo Camacho en 1982, Moisés Barack en 1985 y Jorge Carlos Habegger en 1987 y 1988. En 1978 derrotó en la final a Wilstermann por 1 a 0. En 1982 ganó de nuevo a Wilstermann en La Paz por 2 a 1 y empató en Cochabamba a 1 gol. En 1983 se le complicó mucho más con Oriente. En La Paz ganó por 2 a 1, en Santa Cruz el equipo albiverde lo goleó por 5 a 1 y en la final en Cochabamba, logró el triunfo definitivo por 2 a 1. En 1985 se produjo una situación peculiar, la final la jugó con Real Santa Cruz que no logró el subcampeonato que estaba ya en manos de Wilstermann por haber ganado el primero de los dos torneos del año. En La Paz, Bolívar aplastó a Real por 6 a 1, en Santa Cruz ganaron los realistas por 3 a 1 y en la final en Cochabamba, en dramático partido empatado 0 a 0, la definición por penales le dio el título a los celeestes por 5 a 4. En 1986 se las volvió a ver con Oriente. Tomó revancha de lo ocurrido en 1983 al golearlo por 6 a 0 en el Siles, perdió por 3 a 0 en Santa Cruz y volvió a golear a los orientistas por 5 a 2 en Cochabamba. En 1988 Jugó el partido final con su clásico rival, The Strongest, al que derrotó sin atenuantes por 3 a 0.


Otra evidencia incuestionable de estos años es que se consolidaronb lo que se conoce como los grandes del fútbol boliviano: Bolívar, Wilstermann, The Strongest, Oriente Petrolero y Blooming.

Para Wilstermann fueron también años especiales, el acierto extraordinario de su presidente Alfredo Salazar de traer en 1980 al campeón mundial Jairzinho convirtió a los rojos en un equipo deseado y taquillero. El astro brasileño que aparentemente estaba en su declive, mostró su incombustible calidad y llevó de la mano al club a un gran campeonato que se traduciría en una sobresaliente campaña en la Libertadores. Le siguió el bicampeonato en 1981 y los dos subtítulos de 1979 y 1986 que lo consagraron como el segundo mejor cuadro de este periodo. Bajo la batuta de Raúl Pino y Carlos Sanabria y las presidencioas de Salazar y Willy Soria, los rojos hicieron historia.

Sus cracks más notables fueron: Ángel Bengolea, Heraldo Da Costa, César Enríquez, José Issa, Jairzinho, Freddy Salguero, Vladimir Soria, Freddy Vargas, Víctor Villalón, Johnny Villarroel, Gastón Taborga y Juan Carlos Trigo. El de 1980 fue el primer torneo de todos contra todos a dos ruedas que ganaron los aviadores por puntos; 46 contra 39 del subcampeón The Strongest. Una superioridad incuestioinable. En 1981 disputó la final del segundo torneo de ese año contra Blooming -en el primero se había consagrado como subcampeón The Strongest-. Las finales tuvieron esta secuencia: 0 a 0 en Santa Cruz, 1 a 1 en Cochabamba y 1 a 0 en La Paz, el título fue para Wilstermann.

Oriente Petrolero que en 1971 pisó fuerte y colocó al fútbol cruceño en la senda de potencia del país al obtener el primer título nacional para ese departamento, logró su segundo galardón en 1979. Pero bien pudo haber lograr mayores lauros, en 1984 peleó la punta con Blooming, en 1986 con The Strongest y en 1987 con Bolívar, el resultado: tres subcampeonatos.

Los campeones de 1979 tuvieron como presidente a Fernando Ruiz y como técnico a Juan Antonio Valdez. Los campeones de 1979 tenían estos jugadores notables: William Arias, Jorge Campos, Erwin Espinoza, Estanislao Franco, Francisco Franco, Antonio Gotardy, Hebert Hoyos, Erwin Romero, Arturo Saucedo Landa, René D. Taritolay y Freddy Vargas. Enfrentado al Tigre en los encuentros finales perdió 2 a 0 en La Paz, ganó por el mismo marcador en Santa Cruz y derrotó a los atigrados 2 a 1 en Cochabamba.

El cuadro celeste de Santa Cruz logró por primera vez en su historia un título nacional, el de 1984, bajo la conducción de su excepcional presidente Roberto Tito Paz y la dirección técnica de Raúl Pino. Hasta ese momento Blooming no se había podido consagrar entre los gigantes del balonpié nacional. Ese inolvidable campeón contaba en sus filas con profesionales de la talla de R. Horacio Baldessari, Rolando Coímbra, Edgar Castillo, Andrés Gallardo, Erwin Justiniano, Milton Melgar, Miguel A. Noro, David Paniagua, Héctor Peckerman, Roly Paniagua, Silvio Rojas, Juan Carlos Sánchez, Gastón Taborga y Eduardo Terrazas.

Antes del título, peleó con Bolívar el cetro máximo en 1983 y 1984, logrando sendos subcampeonatos. En los tres partidos finales con Bolívar registró un heroico triunfo por 4 a 3 en La Paz, perdió por goleada como local por 6 a 3 y en lo que es quizás uno de los partidos más memlorables de su historia, derrotó por 1 a 0 a los celestes paceños en Cochabamba. Cuando el 0 parecía inevitable, un espectacular zapatazo de media distancia de Milton Melgar derrotó sin atenuantes el arco académico paceño y le dio el título tan ansiado a Bloming.
The Strongest estuvo siempre en la pelea, nada menos que con 4 subcampeonatos: 1979, 1980, 1981 y 1988 y el indiscutible trofeo de 1986. Bajo la presidencia de Efraín Gutiérrez y la dirección técnica de Juan Farías ex jugador del club, el Tigre se consagró con un cuadro muy compacto.

Entre sus figuras estaban: Eliseo Ayaviri, Ramiro Castillo, Salomón Enríquez, Ricardo Fontana, Luis Galarza, Luis Iriondo, Carlos Kiese, Ovidio Messa, Eligio Martínez, Tito Montaño, Rolando Ortega, Jesús Reynaldo y Eduardo Villegas. El campeón del 86 disputó las finales con Oriente. 3 a 0 en la ida paceña, 3 a 1 para Oriente en el Tahuichi y de nuevo 3 a 0 en el Félix Capriles.

Fue una etapa de claro declive para los otros equipos que entre 1950 y 1976 habían obtenido algún título nacional. Always Ready descendió en 1981 y volvió a la primera en 1986; tardaría décadas en volver a pelear entre los grandes. Litoral llegó a la Liga en 1986 pero su paso fue irrelevante. San José, el crédito de Oruro, se convirtió en gran animador y se coló entre los grandes recién en los años noventa. Municipal que estuvo en la Liga hasta 1985, retornó luego pero volvió a caer sin retorno. Aurora, el “otro” cochabambino tuvo una trayectoria muy irregular pero relativamente segura en el ámbito liguero, le faltaban aún muchos años para saborear una corona. Universitario de La Paz nunca jugó un partido liguero tras su debacle económica después de su única participación en la Libertadores de 1970. Chaco Petrolero tuvo presencia en los ochenta y noventa, pero tambiérn estuvo destinado a dejar la primera categoría. Finalmente, Guabirá, fue el cuadro del «sube y baja» que en una de sus tantas idas y venidas dejó la Liga en esta etapa en 1984, pero siempre está como el más importante referente de las provincias, en este caso de Montero.

En este texto no se puede olvidar a los goleadores, los grandes protagonistas del fútbol. Juan Carlos Sánchez fue máximo artillero de la Liga tres veces, en 1980 (Guabirá), 1981 y 1983 (Blooming). Jesús Reynaldo en 1978 (Bolívar) y 1986 (The Strongest). Raúl Horacio Baldessari en 1979 (Blooming) y 1982 (Oriente Petrolero). Víctor Hugo Antelo en 1984 y 1985 (Oriente Petrolero). Fernando Salinas en 1987 y 1988 (Bolívar).
LA COPA LIBERTADORES

Como lo prueban los resultados, fue una etapa de franca mejoría de los equipos bolivianos en el único torneo internacional de clubes que se jugaba entonces, no sólo por mejores logros, sino por la clasificación en 4 de las 11 versiones afrontadas y el significativo hecho de jugar tres denominadas semifinales y posteriormente -en una nueva modalidad- el paso de dos escalones: segunda y tercera fase de la competición.
Entre 1978 y 1988 Bolívar, The Strongest y Oriente Petrolero disputaron la copa 5 veces; Wilstermann 4 y Blooming 3.

La gran hazaña del periodo le correspondió a Wilstermann que en 1981 empató en el primer lugar para la clasificación con The Strongest al superar a Barcelona y Téncico Universitario de Ecuador. Ambos equipos obtuvieron 8 puntos y jugaron un encuentro de desempate en Santa Cruz. Allí, los rojos derrotaron sin atenuantes a los atigrados por 4 goles a 1, fue el 8 de mayo de 1981.
El equipo histórico que ganó ese partido estaba integrado por Roger Pérez (expulsado a los 84 minutos), Juan Carlos Trigo, Raúl Navarro, Víctor Villalón, Marcelo Torrico, Johnny Villarroel, Patricio Aveiro (Ricardo Dos Santos), Jairzinho, César Enríquez, Gastón Taborga y Freddy Salguero. Dirigidos por Raúl Pino, anotaron los goles del rojo Taborga a los 20, Salguero a los 62 y Jairzinho a los 75 y 77. El único gol de The Strongest lo hizo Gilberto a los 40 para el empate transitorio. Wilstermann logró asi el primer pasó de un equipo boliviano de la primera fasde a la siguiente,

21 años después de haber iniciado la andadura copera de los cuadros nacionales. En esos años los clasificados pasaban a una llamada semifinal en dos grupos de tres equipos, a Wilster le tocó enfrentar a Flamengo de Brasil que sería el campeón y a Deportivo Cali de Colombia. El único punto logrado en 4 partidos fue un empate a 1 con el Cali en Cochabamba.

El segundo éxito lo logró Blooming en 1985 con algunos datos notables. Ganó la serie de la primera fase en calidad de invicto con 5 triunfos y 1 empate, con 20 goles a favor y solo 4 en contra, superando a su par boliviano Oriente y aplastando a sus rivales venezolanos Deportivo Táchira y Deportivo Italia.

Logró la mayor goleada de un equipo boliviano en la historia de la Copa con un 8 a 0 a D. Italia y, por si fuera poco, Juan Carlos Sánchez hizo 6 goles en ese partido record no superado hasta hoy en el torneo, además fue goleador absoluto de esa versión. En la segunda fase semifinal enfrentó a dos cuadros argentinos. En esa instancia solo pudo conseguir 2 empates como local con Argentinos Juniors e Independiente con el mismo marcador, 1 a 1.

En 1986 Bolívar clasificó dejando en el camino a Wilstermann, Universitario de Lima y Universidad Técnica de Cajamarca, con 9 puntos y 1 sola derrota.

En la semifinal enfrentó a Olimpia de Paraguay y América de Cali, Colombia. Logró ganar por 2 a 0 frente al América, el primer triunfo boliviano en una segunda fase, con goles de Hirano y Abdeneve, mantuvo el invicto en La Paz al empatar 1 a 1 con Olimpia, pero allí se le escapó la clasificación.


En 1988 se dio un doble éxito. En esta versión se clasificaban dos equipos por serie, Oriente y Bolívar superaron a Cerro Porteño y Olimpia de Paraguay al haber obtenido 7 y 6 puntos respectivamente. Bolívar fue eliminado por Newell’s de Argentina, pero Oriente dejó en el camino en la segunda fase a Colo Colo. En la ida derrotó a los chilenos en Santa Cruz por 2 a 1 y en la vuelta logró el empate clasificatorio sin apertura de marcador con este equipo:

Carlos Trucco, Jorge Monasterio, Fernando Alba, Roberto Brunetto, Marciano Saldías, Rómer Roca, José Medrano, Erwin Romero, Celio Alvés, Víctor Hugo Antelo (Juan Mercado), Arturo García (Carlos da Silva), bajo la dirección técnica de Walter “Cata” Roque. En la tercera fase no pudo superar al América de Cali al empatar en Santa Cruz 1 a 1 y perder por 2 a 0 en Cali.
Un repunte más que evidente que parecía marcar una ruta de optimismo para el fútbol nacional en el concierto internacional.
TAHUICHI


Creada en 1978 con sede en Santa Cruz de la Sierra, la Academia Tahuichi fue idea y gesta de un gran exfutbolista y político, Rolando Aguilera, uno de los dirigentes más relevantes de toda la historia del fútbol nacional. La Academia fue durante casi quince años (1980-1994) el fenómeno mundial más importante del fútbol infantil. Rompiendo toda expectativa una academia de fútbol para niños y adolescentes bolivianos logró éxitos incuestionables enfrentando a los mejores clubes del mundo.

Su primer logro internacional fue un sudamericano de clubes disputado en 1980 en Argentina. Tahuichi lo ganó de punta a punta enfrentando en la final a Independiente de Avellaneda al que derrotó por 4 a 1.
Pero lo que llevo a Tahuichi al plano de la noticia internacional y la gran sorpresa fue cuando en 1981 disputó el mundialito de clubes y llegó a la final. El repaso de algunos grandes del mundo que participaron es ilustrativo: River Plate, Boca Juniors e Independiente de Argentina, Flamengo de Brasil, Olimpia de Paraguay, Nacional de Uruguay y América de México. Real Madrid y Barcelona de España, Inter de Milán de Italia, Rapid de Austria y Stuttgart de Alemania. Tahuichi ganó a todos sus rivales y llegó invicto a la final con el Inter. El partido terminó empatado 1 a 1 y los bolivianos perdieron en la definción por penales por 3 a 2. Sin embargo, el descubrimiento de irregularidades encontradas en la documentación de jugadoresd del Inter hizo que Tahuichi fuese declarado campeón.
En 1982 ganó el Mundialet de España (paralelo al Mundial 82). Tahuichi salió campeón ganando a la selección de Hungría por 3 a 1.

A partir de esa carrera rutilante la Academia participó vistiendo los colores de la selección boliviana en los mundiales sub 16 en China en 1985 y sub 17 en Canada en 1987.
No cabe la menor duda que lo que vendría el 93 y 94 para el fútbol boliviano tiene mucho que ver con Tahuichi. Baste mencionar a algunas de las estrellas que produjo para Bolivia: Luis Héctor Cristaldo (mundialista), Marco Antonio Etcheverry (mundialista), José Carlo Fernández, Jaime Moreno, Roly Paniagua, Álvaro Peña (mundialista), Juan Manuel Peña (mundialista), Mauricio Ramos (mundialista), Erwin Sánchez (mundialista), Juan Berthy Suárez y Francisco Takeo,
EL TÍTULO SUDAMERICANO SUB 16

Pero si hay algo que destacar en la trayectoria de Tahuichi es el campeonato Sudamericano sub-16 logrado en Lima en 1986. Todo el equipo boliviano era Tahuichi.
El 19 de octubre de 1986 fue su cita con la gloria. Había clasificado en la primera fase del torneo y llegado a la fase final En todo el campeonato jugó contra Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Uruguay. Bolivia llegó al último partido ante Ecuador con 3 puntos. Un empate le bastaba para coronarse campeón. Pero las cosas parecían salir mal. El primer tiempo terminó con un resultado 0-2 abajo para Bolivia. En el minuto 33 del segundo tiempo el marcador seguía sin variantes.

Pero allí estaba para resolver la papeleta el mejor de todos, Marco Antonio Etcheverry a quien todavía no se conocía como Diablo. Tiro libre para la verde en el borde del área, remate de Etcheverry a media altura y con efecto hacia uno de los lados, que burló a la barrera y se clavó en el arco, 1-2. En el minuto 89, cuando los nervios y la incertidumbre se mantenían, Etcheverry recibió un centro largo, ahuecó el pecho para recibir la pelota y remató con la zurda alto y al costado izquierdo del arco ecuatoriano empatando el partido que terminó 2 a 2. ¡Goooool y el título continental!. Fue La corona más importante en la historia del fútbol nacional después del campeonato sudamericano obtenido por la selección mayor en 1963.
El equipo que logró esa histórica conquista estaba integrado por: Erwin Aguilera, Herman Alberty, Herbert Arandia, Rafael Arrázola, Marco Belmonte, Juan Carlos Chávez, Luis Héctor Cristaldo (mundialista), Julio Encinas, Marco Antonio Etcheverry (mundialista), Óscar Fernández, David Hurtado, Ko Ishikawa, Eduardo Jiguchi, Manuel Lobo, José Méndez, Jorge Marañón, José Pizarro, Mario Ribera, Sócrates Suárez y Marcos Urquiza. Director técnico Eduardo “Zorro” Rivero.
EL COMPLEJO DEPORTIVO DE THE STRONGEST

Si bien es verdad que hay instituciones importantes como Blooming, Real Santa Cruz, Bolívar y el propio Oriente que poseen estadios, campos deportivos o sedes sociales, no cabe la menor duda de que la más completa e integral es la The Strongest. Impulso de su presidente legendario, Rafael Mendoza, quien con el General Hugo Suárez hicieron posible el sueño.

La tragedia de Viloco fue, paradójicamente el toque para que el renacimiento del club fuera total. Ya en 1970 se estableció el espacio en favor de The Strongest en Achumani (20.000 mts2). En 1979 se hicieron las obras mayores de control del río Huayllani. En la primera mitad de los años ochenta se construyó el complejo que fue ampliándose en las décadas siguientes con una infraestructura completa con un hotel de concentración, gran salón con capacidad para 1.000 personas, canchas de fulbito, tenis, racquet, piscina, gimnasio, espacio de esparcimientos e instalaciones para eventos y comidas. El punto culminante se concretó en 1986 con la inauguración del estadio «Rafael Mendoza» con capacidad para 15.000 espectadores.
LA SELECCIÓN

La Federación Boliviana de Fútbol tuvo en estos años tres presidentes, el interventor Julio Lara (1977-1978), Edgar Peña (1978-1986) y Romer Osuna (1986-1988). Sin duda el más relevante fue Edgar Peña que había presidido la Asociación Cruceña de Fútbol-ACF (1963-1978) por catorce años consecutivos. En 1978 fue elegido presidente de la FBF a la que dirigió por un periodo de ocho años. Fue el primer dirigente cruceño en ocupar el máximo cargo de la Federación y uno de los presidentes más significativos de su historia. Fue miembro del tribunal de apelaciones de la FIFA desde 1990 hasta 2010.

Fue muy crítico con la creación de la Liga del Fútbol Profesional y gran defensor de las asociaciones. En su gestión se puso en evidencia el importante crecimiento y gravitación definitiva del fútbol cruceño en el balonpié nacional.
En 1979 la selección jugó la Copa América, por segunda vez en series con partidos de ida y vuelta en cada país. Bolivia derrotó en La Paz a Argentina y Brasil por el mismo marcador (2 a 1), en lo que se puede considerar 2 de los mejores resultados que logró entre 1978 y 1988, aunque quedó eliminada en primera fase.

Entre 1980 y 1981 el equipo nacional jugó una serie de partidos amistosos, la más importante que haya disputado frente a elencos europeos en territorio nacional (Alemania Democrática, Bulgaria, Checoslovaquia, Finlandia, Polonia Rumania).

En 1981 disputó las Eliminatorias frente a Brasil y Venezuela, ganó un solo partido (Venezuela) por 3 a 0, perdió de local ante Brasil (1-2) y fue derrotada en los 2 encuentros que jugó como visitante.
En 1983 jugó la Copa América frente a Perú y Colombia, con sólo dos empates en cuatro partidos.

Pero la decisión más polémica fue la de trasladar la sede de las Eliminatorias a Santa Cruz, tomada por Peña contra viento y marea. Por única vez en la historia La Paz no fue sede de la clasificación al mundial. Los rivales fueron Brasil y Paraguay; el saldo fue una derrota ante los brasileños (0-2) y empate ante los guaraníes (1-1) en el estadio Tahuichi. En los partidos de visita perdió 0-3 contra Paraguay y logró un histórico empate ante Brasil a 1 gol por bando. El tanto de los verdes lo hizo Juan Carlos Sánchez a los 20 minutos.
Ya en la gestión de Romer Osuna, la selección disputo la Copa América de 1987 que retornó a la modaliad de sede única. En dos partidos jugados en Rosario (Argentina), el cuadro nacional logró un empate a 0 goles con Paraguay y cayó por 2 a 0 ante Colombia.

Si tenemos que destacar a los jugadores más relevantes de este periodo de algo más de una década que vistieron la selección con honor, debemos mencionar a: Miguel Aguilar, Víctor H. Antelo, Carlos Aragonés (el mejor de todos junto a Romero), Carlos Borja, Rolando Coímbra, Windsor del Llano, Hebert Hoyos, Carlos Conrado Jiménez, Milton Melgar, Ovidio Messa, Roly Paniagua, Jesús Reynaldo, Silvio Rojas, Erwin Romero (el mejor de todos junto a Aragonés), Marciano Saldías, Juan Carlos Sánchez y Gastón Taborga.
EL BALANCE 1978-1988
Esta fue una saga, la de 1978-1988, que marcó un giro positivo e importante como preámbulo de la etapa más auspiciosa del fútbol boliviano desde el histórico hito de 1963.
La Liga como nueva entidad del fútbol profesional fue un espejismo de cambio que, lamentablemente con el paso del tiempo se iría desdibujando hasta perfilar la grave crisis que se fue acentuando en las primeras décadas del siglo XXI.
Pero, a pesar de todo, se puede considerar el periodo como de más luces que sombras que se aprecian en la Copa Libertadores con las clasificaciones de nuestros equipos a segundas y terceras fases.
Conseguimos un significativo roce con selecciones europeas y dos triunfos de la selección ante un campeón y un excampeón del mundo, pero sobre todo el fulgurante desempeño de la Academia infantil Tahuichi que en 1986 le dio a Bolivia su único título continental en selecciones menores.