UN DESEMPEÑO SORPRENDENTE

Contra todo pronóstico, en la Copa América 2015 organizada por Chile, Bolivia logró su sexto mejor desempeño histórico de un total de 24 participaciones. Consiguió después de veinte años superar la primera fase del torneo y obtuvo cuatro unidades equivalentes al 33% de los puntos posibles. El saldo superó el nivel de dramática crisis del balompié boliviano en el último lustro. No se logró un puesto muy destacado, el 8vo sobre doce participantes, pero considerando nuestro récord histórico, fue algo más que discreto.

La Copa marcaba el comienzo del ciclo de Mauricio Soria que, vistos los resultados, debió permanecer al mando de la selección. Su complejo carácter terminó por alejarlo abruptamente de la dirección del equipo y se tradujo en uno de los periodos más breves de un DT al mando de la verde.

Quiñones, Smedberg, Hurtado, Morales, Zenteno y Raldes. Chumacero, Pedriel, Lizio, Bejarano y Martins

El equipo Bolivia estuvo integrado por: Danny Bejarano, Marvin Bejarano, Alejandro Chumacero, Jhasmany Campos, Cristian Coímbra, Pablo Escobar, Miguel Hurtado, Damián Lizio, Marcelo Martins, Damir Miranda, Leonel Morales, Ricardo Pedriel, Alcides Peña, Romel Quiñonez, Ronald Raldes, Edemir Rodríguez, Martín Smedberg, Walter Veizaga y Edward Zenteno.

Hay que destacar las presencias de Raldes, Chumacero, Smedberg y Martins, los jugadores más regulares en su desempeño, con mayor aplomo y proyección. Baldes atrás, Chumacero como pivote incansable, Smedberg como gran lanzador y Martins siempre peligroso adelante.

MÉXICO

El equipo debutó frente a un México disminuido, pues había optado por disputar la Copa de Oro y envió, salvo un par de jugadores, una selección joven. Bolivia jugó con un 4-2-3-1 con proyección de ataque y dispuesto a un partido abierto. Manejó mucho mejor el primer tiempo y estuvo a punto de vulnerar la valla mexicana, apoyado en la capacidad ofensiva de Martins. En la segunda mitad se replegó y apostó por el contragolpe. Los últimos minutos fueron complejos para los bolivianos, pero el resultado fue justo en un partido discreto pero bien planteado por la selección nacional.

ECUADOR

El partido de esta Copa para el seleccionado fue el que disputó frente a Ecuador, con un sabor especial porque el DT ecuatoriano fue Quinteros que había dirigido a Bolivia en la Copa América 2011. A los 18 minutos Bolivia ganaba por 2 a 0 con goles de Raldes y Smedberg. Ecuador desperdició un penal a los 35 y Martins no lo falló al expirar la primera etapa. Era un 3 a 0 largo que reflejaba la superioridad boliviana, aunque no tan amplia como rezaba el marcador.

En la segunda etapa las cosas cambiaron 180 grados. Bolivia decidió esperar y aguantar ante un vendaval ecuatoriano que descontó a los 3 minutos. Pocas veces se resistió un embate tan sostenido con tanta firmeza y espíritu, el 2-3 del minuto 81 no alcanzó. Quizás Bolivia pudo intentar salidas más arriesgadas pero prefirió apostar a la solidez de su 3 a 0 inicial. Un triunfo sufrido como pocos.

CHILE

El partido con Ecuador, sin embargo, fue un espejismo. El siguiente rival, el dueño de casa, fue un Chile que pasará a la historia quizás como el mejor equipo que haya presentado el vecino país desde siempre, con figuras señeras como Vidal, Alexis, Medel, Aránguiz…A los 3 minutos perdía 0-1 y Chile jugaba a placer. A pesar de que los locales bajaron el ritmo en la segunda fracción, el resultado final, un demoledor 5 a 0 lo dijo todo. La diferencia entre ambas selecciones la marcaba el resultado, gol más, gol menos. No en vano los chilenos ganaron el torneo, aunque fue por la vía de los penales ante una Argentina algo superior.

PERÚ

El intento de terminar dignamente en el partido de octavos no se logró. Perú fue más que Bolivia, el 3-1 fue generoso para los verdes. los albirrojos demostraron mayor calidad futbolística y sobre todo mayor claridad para llegar donde pudo y de hecho hizo daño, con un Paolo Guerrero más que inspirado.

No fue una mala Copa para Bolivia pero objetivamente, en los partidos realmente importantes, el equipo –una vez más- no dio la talla. Para ser claros en el análisis, el pase a la segunda ronda del torneo no pudo ocultar que la selección estaba casi desnuda.

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