Ha muerto un grande del fútbol nacional, una figura señera y ejemplar, inolvidable como ejemplo de lo que puede lograrse con tesón, responsabilidad y objetivos claros.
El 6 de agosto de 2021 el Bayern Munich publicaba en las redes: “Hoy en el día de la Independencia de Bolivia recordamos al gran Ramiro Blacutt, el primer jugador latinoamericano de nuestro club que jugó junto a Gerd Müller y Franz Beckenbauer. Un pionero”.
Lo certificó el Bayern, uno de los cuadros más poderosos del mundo, 6 veces campeón de Europa, 2 veces campeón intercontinental y 2 veces campeón del mundial de clubes. De ese modo el fútbol alemán le hacía un merecido homenaje a un gran futbolista, cuya vida deportiva merece ser recordada por todos.
EL JUGADOR ADOLESCENTE
Ramiro Blacutt fue, qué duda cabe, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol boliviano, pero además es el protagonista de una vida deportiva fascinante.
Nacido en La Paz el 3 de enero de 1944, cuando contaba apenas con 15 años, en 1959, se incorporó a Bolívar y muy prontó integró la primera división del equipo en el que en una primera etapa militó hasta 1962.
LA GIRA QUE LO MARCÓ PARA SIEMPRE
En ese periodo, sin embargo, no fue su paso por la academia celeste lo que lo marcó, sino su convocatoria a reforzar a Always Ready en 1961 para la gira que el club de la banda roja hizo por Europa. Los dos bolivaristas que se integraron al CAR fueron Rolando Vargas (que, contra lo que piensa la mayoría de la gente, se inició en el fútbol vistiendo los colores de Bolívar) y Ramiro quien entonces contaba con apenas 17 años. Desde entonces fueron amigos para toda la vida.
Fue el jugador más joven de la delegación. Compartió alineación con consagrados como Mario Dimeglio, Griseldo Cobo, Ricardo Muzio, Máximo Alcócer, Renán López, Armando Escobar o Freddy Valda. Su actuación en el puesto que lo hizo famoso, puntero derecho, fue tan buena que interesó a más de un club, pero él estaba lejos de sus país y requería la aprobación de sus padres que lo querían ver profesional pero no del fútbol precisamente. Fue una gira histórica, Always Ready (reforzado sobre todo por jugadores de Wilstermann) jugó 27 partidos en 10 países del viejo continente en un periodo de 3 largos y agotadores meses, con un promedio de un partido cada 3 días. Tanto para él como para todos quienes llevaron a cabo esa gira, es uno de los recuerdos que quedaron imborrables en sus mentes.
UGARTE, SU MODELO. SU FUGAZ PASO POR LA ARGENTINA
A su vuelta al país se reincorporó a Bolívar. El jugador que más admiraba era -cómo no- Víctor Agustín Ugarte, el Maestro al que consideró siempre como su mentor futbolístico y el espejo en el que se miraba.
En 1962 fue contratado, con apenas 18 años, por Ferrocarril Oeste de Argentina, donde tuvo como compañeros a Garabal, Marrapodi, Etchevest y Ribaudo… fueron unos pocos pero productivos meses en el fútbol rioplatense.
¡CAMPEÓN DE AMÉRICA!
Su talento era tal que Danilo Alvim el técnico brasileño de la selección que se preparaba para disputar el entonces llamado Campeonato Sudamericano de 1963, lo convocó y lo hizo debutar el 17 de febrero de 1963 en Asunción para la disputa de la Copa Paz del Chaco. Esta fue la selección que jugó ese partido frente a Paraguay ( 0-3): Arturo López; Roberto Caínzo, Eduardo Espinoza y Mario Zabalaga; Wilfredo Camacho y Alberto Torrez; Ramiro Blacutt, Abdul Aramayo (Julio Torrez), Ausberto García (Víctor Agustín Ugarte), Milton Flores (Mario Dimeglio) y Antonio Aguirre. Como se puede apreciar era la base incuestionable de la selección campeona de América. Blacutt tenía entonces 19 años, el jugador más joven de la selección nacional.
Su participación en la Copa fue su consagración definitiva, hizo un gran papel en el torneo y por añadidura anotó uno de los tres goles en el triunfo clave para el título ante Argentina (3-2), que le permitió a Bolivia llegar al último partido contra Brasil con un puntaje ideal.
EN EL BAYERN AL LADO DE BECKENBAUER, MÜLLER Y MAIER
Pero el joven Blacutt quería asegurar su futuro con una carrera académica. Empezó a estudiar ingeniería civil en Estados Unidos, profesión que entre partido y partido terminó exitosamente. El destino, empero, había marcado en la ruta del crack una vida dedicada al fútbol como jugador y como técnico. Un amigo boliviano que ya conocía Alemania le propuso ir a terminar la carrera a ese país y, sin pensarlo, se trasladó a Europa. Para pagarse los estudios se enroló en el Karlsruhe. Problemas de papeleo le bloquearon su debut en el modesto cuadro alemán y fue entonces cuando dirigentes del Bayern Munich lo llamaron para que se probara.
Era 1964, el club bávaro estaba entonces en segunda división pero contaba ya con quienes serían algunas de sus estrellas históricas. Sepp Maier, Franz Beckenbauer y Gerd Müller, con quienes jugó. A pesar de haber sufrido una lesión importante (rotura de ligamentos) y un receso de cinco meses, jugó en la temporada 1965-1966 en el equipo que salió campeón y ascendió a la Bundesliga. Las estrellas que serían trabajaban modestamente y jugaban de manera simultánea. Maier era herrero, Beckenbauer era vendeador de seguros y Müller repartidor de muebles en una furgoneta…
Blacutt todavía lamenta su decisión de dejar Alemania y volver a Bolivia. Se perdió la oportunidad de ser campeón de Europa (el Bayern Munich la conquistó por primera vez en 1974).
DE VUELTA A LA PATRIA
En 1967 volvió a Bolívar donde jugó hasta 1971, consiguió el título nacional de 1968 y disputó dos versiones de la Copa Libertadores de América. El mejor Bolívar que integró y del que fue capitán en la Libertadores de 1969 estaba formado por: Reynaldo Párraga; Hernán Cayo, Mario Rojas, Jesús Herbas y Gerardo Villarreal; René Rada y Eléazar Tercilla; Ramiro Blacutt, Roberto Coutinho, Luis Sciacia y Patricio Maldonado. En ese año Bolívar estuvo a punto de ser el primer equipo boliviano en pasar a segunda fase de la Libertadores. En partido de desempate con Olimpia jugado en Buenos Aires, perdió 2 a 1 en periodo complementario de 30 minutos. El gol celeste lo anotó Blacutt a los 50 minutos, ventaja de 1 a 0 que se mantuvo hasta el minuto 87.
LA SELECCIÓN EN EL CORAZÓN
Después de haber participado en la Eliminatorias de 1965 y en el Campeonato Sudamericano de 1967, en 1969 fue capitán de la selección que estuvo a un punto de la clasificación. Enfrentó a Argentina y Perú. Tras los dos triunfos como local, es histórica la imagen del gran jugador en Lima que, tras recibir un golpe en la cabeza que le produjo una herida sangrante en la frente, volvió al campo con una improvisada y gran venda con la que terminó valerosamente el encuentro.
En el inicio de los setenta, tras un impase con la dirigencia celeste, fue contratado por Melgar de Perú. Su paso por Melgar fue muy breve, sufrió una lesión, hizo un paréntesis y volvió a Bolivia, para retornar en 1973 también por poco tiempo al equipo peruano.
En la Copa Independencia de Brasil, jugó su último partido vistiendo la verde, fue el 25 de junio de 1972 ante Paraguay (1-6) en Manaos, 9 años después de su debut y frente al mismo rival. Este fue el cuadro nacional ese día: Erwin Frey; Jaime Olivera, Miguel Antelo, Jaime Rimazza (Gerson Balcázar) y Félix Chávez; Hugo Pérez y Nemesio Leaños; Ramiro Blacutt (Porfirio Jiménez), Ovidio Messa, Nicolás Linares y Arturo Saucedo Landa. Con ese encuentro sumó un total de 23 juegos vistiendo la camiseta nacional. Convirtió 3 goles (2 a Argentina y 1 a Venezuela).
EL CIERRE DE SU CARRERA COMO FUTBOLISTA
Formalmente terminó su carrera como futbolista en Bolivia en 1972, vistiendo la camiseta del que había sido su rival de toda la vida, The Strongest (¿fue una revancha?), volvió a jugar así al lado de su gran amigo Rolando Vargas. Lamentablemente ese no fue un año muy afortunado para los atigrados… El crack contaba apenas con 28 años.
Había exhibido su fútbol durante casi 15 años en equipos de Bolivia, Argentina, Alemania y Perú y jugado en muchos países de América y Europa.
EL GRAN TÉCNICO QUE FUE
Entre 1979 y 2006, a lo largo de más de un cuarto de siglo dirigió a Bolívar, The Strongest, Blooming, Chaco Petrolero, Litoral, Guabirá, Wilstermann, Real Santa Cruz y Oriente Petrolero, este último, el cuadro con el que cerró para siempre su carrera en el deporte rey cuando contaba con 62 años. Como técnico sacó campeón a Bolívar en 1983 y 1988.
En el periodo 1999-2004 tuvo un notable paso por Ecuador dirigiendo a Deportivo Aucas, El Nacional y Deportivo Cuenca.
Pero su tarea más importante como entrenador la hizo al mando de la selección boliviana a la que dirigió en 37 partidos en 4 ocasiones: 1979 (Copa América), 1981 (Eliminatorias), 1991 (Copa América) y 2004 (Eliminatorias). Logró resonantes triunfos en 1979 frente a Argentina flamante campeón del mundo y también ante Brasil.
Tanto cuando fue jugador como cuando fue técnico, su característica más destacada era la seriedad, juego limpio e impecable puntualidad. Como profesional del fútbol fue el mejor puntero derecho que ha tenido Bolivia en su historia, veloz, con gran sentido de ubicación, extraordinario asistidor y punzante en las llegadas al área.
En 2013 la CONMEBOL le otorgó la Orden al Mérito del Fútbol Sudamericano, merecdio homenaje a un grande de grandes del balompìé nacional.
Murió el 12 de agosto de 2024. La aventura de su vida valía la pena de ser contada porque simple y sencillamente ha sido extraordinaria.
Una parte importante de esta entrada ha sido tomada del artículo de Jorge Barraza: «A 50 años de Bolivia campeón de América, Ramiro Blacutt, ‘era impensable que Bolivia ganara aquella copa'», publicado en el Nº 136 de la revista CONMEBOL (marzo-abril de 2013).
Historia del Fútbol Boliviano 